Cuando tomo los pies del hombre que estaba en el cementerio los puso encima de su cabeza e inmediatamente sintió gusanos en todo su cuerpo, resulta que el hombre era un muerto que lo habían tirado pero el discípulo creyendo que era Tilopa se lo llevo a su casa.
Pasaron varias semanas y el cuerpo se desintegraba mas y olia apestosamente. El discípulo pensó que era una señal y entonces fue a donde un brujo para que viera a el maestro Tilopa, pero al llegar a casa ya el cuerpo no estaba y el mal olor seguía.
El chico le dijo al brujo que se había escapado nuevamente y este le dijo mentiroso vete de aquí con tus cuentos.
En verdad lo que paso es que la señora que limpia recogió los restos que quedaban de aquel hombre creyendo que eran huesos de algún extraño anima.
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